Los vitrales en Notre Dame.
Son impresionantes! Realmente impresionantes. La construcción en sí es impresionante, obviamente, aunque de pronto uno empieza a acostumbrarse a la escala de todas las cosas por esos rumbos. Y no que por eso deje de sorprenderlo a uno, para nada, pero empiezas a buscar otros detalles.
Como todo el viaje, Notre Dame no fue la excepción respecto a la afluencia de turistas como nosotros. Aún así pudimos caminar y recorrerla sin muchos problemas. No se siente como una iglesia común y corriente. Todos los turistas que estamos dentro no ayudan a darle el aire místico y religioso que deberían de tener las iglesias. Nos comentarían después (Diego) que se puede ir a la última misa, cuando cierran ya las puertas al turismo, y después de terminar se puede uno quedar todavía dentro de Notre Dame y recorrerla, más “privadamente”. Será para la siguiente vez que esté por allá.
Hubo varias fotos interesantes, aunque, como había comentado ya, primero estoy subiendo las que califiqué como las “mejores” (en mi muy particular punto de vista, claro está). Después de que termine con estas, empezaré a subir las demás fotos que considero merecen ser vistas.