Esta foto fue tomada en Cd. Rodrigo, una pequeña ciudad amurallada como a una hora de Salamanca. Estábamos descansando un rato, en un pequeño jardín, cuando llegó este niño y se puso a jugar con mi cámara. Extráñamente yo estaba bastante tranquilo. En algún momento vi que se quiso tomar un autoretrato, pero no alcanzaba, así que me ofrecí para tomárselo, y la foto me gustó.
Algunos momentos después llegaron sus padres: “Aitor, deja ahí, vámonos ya!” o algo así, y el niño siguió su camino.